Que árbol mas majestuoso es el castaño y que generoso cuando nos da sus frutos.
Esas castañas tan deliciosas y que siempre se relacionan con el otoño y el invierno.
La forma mas popular de comerlas es en los puestos callejeros donde casi todos hemos sucumbido algunas vez atraídos por el inconfundible aroma que desprenden.
Recuerdo que si hacía frío en la calle, las metías en los bolsillos del abrigo y enseguida te calentaban las manos, eran como una calefacción central.
Tiene un alto poder energético y en la cocina se pueden preparar de diferentes maneras: mermeladas, cremas para rellenar tartas o eclairs, mousses, purés, son un gran acompañamiento para aves, cerdo, cordero o caza ¡ y como olvidarnos de los deliciosos marrón glacé !
También se puede hacer harina de castañas y al no ser un cereal, no contiene gluten de modo que los bizcochos, postres o panes, hechos con ella los pueden consumir las personas que son intolerantes.
Aquí os dejo un postre con un «truquillo» que lo hace resultón y queda francamente rico.
Yo lo he preparado con castañas El Común que no solo están buenísimas sino que vienen presentadas que parecen un regalo y de verdad que lo son ¡ para la vista y el paladar !
Si queréis hacer un pedido os las mandan a casa, para eso tenéis que entrar en: https://www.elcomun.net/tienda/
Espero que os guste esta receta y os animéis a prepararla.
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